En
La Flèche estudió fundamentalmente
a los clásicos, filosofía y lógica
en la tradición aristotélica.
En cambio, bajo la influencia de Clavius, del
Collegio Romano ---el centro en el
cual se formaban los cuadros de los jesuítas---,
los centros educativos de esta orden prestaron
un especial interés por las matemáticas
de la época. Así pues, Descartes,
bajo la atenta mirada del padre Jean François,
entró en contacto con los textos matemáticos
de la época probablemente a través
de la obra crítica de Clavio.
Sin embargo, según expone el propio Descartes
en la introducción al Discours de
la méthode [Discurso del método]
las enseñanzas que recibió no
le satisfacían, exceptuando las de la
matemática porque proporcionaban un conocimiento
verdadero. La verdad como garantía
del conocimiento es uno de los leitmotivs de
Descartes a lo largo de toda su filosofía.
Por esta razón pensó que toda
forma de pensamiento debería basarse
en los mismos principios en los que se basaban
las matemáticas: simplicidad y claridad.
Estas bases se hallan expuestas de forma específica
en las inacabadas Regulæ ad directionem
ingeniï [Reglas para la dirección
del espíritu] y en el ya citado Discurso
del método.
Los estudios de derecho los realizó en
la Universidad de Poitiers, en donde obtuvo
el grado en 1616. Este mismo año se alistó
en la escuela militar de Breda. En 1618, cuando
estaba estudiando matemáticas y mecánica
bajo el influjo del científico holandés
Isaac Beeckman, se planteó la necesidad
de establecer una ciencia unificada que fuese
apta y útil para el estudio de la Naturaleza.
Esta concepción de la unidad del conocimiento
no le abandonaría jamás. En 1619
se unió al ejército de Baviera.
Entre 1620 y 1628 viajó por Europa. En
1623, hallándose en París, entró
en contacto con el padre mínimo Marin
Mersenne, circunstancia indispensable para poder
mantener un nexo vivo y permanente con el resto
de eruditos de Europa. Viajó a Italia
para conocer a Galileo
Galilei, pero la fortuna no le acompañó
y nunca llegó a producirse el encuentro.
Cuando en 1628 decidió retirarse de la
vida cortesana de París y establecerse
definitivamente en un lugar tranquilo, eligió
Holanda ---los Países Bajos--- en los
que permaneció los siguientes veinte
años. Fueron años de reflexión,
de meditación, de trabajo, y de producción.
Se ha dicho que Descartes, descontento con las
enseñanzas que se impartían en
los Centros más prestigiosos basadas
en los textos de los filósofos de la
Antigüedad, se propuso substituirlas por
su nueva visión del conocimiento. Recién
acabado de establecerse en Holanda, inició
esta tarea con un tratado de filosofía
de la naturaleza, Le Monde, ou Traité
de la lumière [El Mundo, o Tratado de
la luz]. Se basaba en las ideas copernicanas,
defendidas por Galileo. Pero cuando éste
fue condenado por el Santo Oficio de
Roma, decidió no publicar su tratado
A pesar de que nunca perdió el contacto,
a través de Mersenne, con los pensadores
franceses e ingleses, ni tampoco con Beeckmann,
en Holanda conoció, entre otros, a Mydorge,
Hortensius, Huygens, y Frans van Schooten. Con
alguno de ellos se estableció una auténtica
amistad. Ellos le instaron para que publicara
sus ideas, lo cual Descartes hizo con un tratado
sobre ciencia que tenía por título
Discours de la méthode pour bien conduire
sa raison et chercher la Verité dans
les Scienes, plus trois Essais, La Dioptrique,
Les Météors, et la Géométrie
[Discurso del método para razonar correctamente
y buscar la verdad en las ciencias, seguido
de tres Ensayos, La Dióptrica, Los Meteoros,
y la Geometría]. Escrito en francés
``para que lo pudieran entender hasta las mujeres",
se publicó en Leyden en 1637. Refiriéndose
a este Tratado, dice a Mydorge
En la Dióptrica y los Meteoros
he intentado mostrar que mi método es
superior que el método vulgar, y con
la Geometría lo he demostrado.
Primera edición
del “Discours de la Methode” de
R. Descates (1637)
Este texto está íntimamente ligado
con el Tratado, no publicado, de la Luz y también
con un texto inacabado de juventud, las Regulæ.
Con los ensayos pretende ofrecer textos alternativos
a los de óptica, astronomía y
geometría de los currículums habituales.
Además constituyen un ejemplo de la unidad
del pensamiento, por lo menos, por lo que se
refiere a la ciencia. En la Geometría
estudia los óvalos [de Descartes],
que, en la óptica, utiliza para hacer
lentes, en la Dióptrica da las
leyes matemáticas de la reflexión
y de la refracción, y en los Meteoros
las usa para explicar el porqué del arco
iris.
Pero Descartes quería también
aportar sus nuevos puntos de vista en los campos
de la filosofía, la teología,
y la ética. Por esta razón publicó
Méditationes de prima philosphia
(1641) y Principia Philosophiæ (1644),
Les passions de l'âme (1649 ), etc.
Los Principia Philosophiæ constan
de cuatro partes que versan sobre el conocimiento
humano, sobre los principios de las cosas materiales,
sobre el mundo visible, y sobre la Tierra. En
dicho tratado sostiene ---en la línea
de Galileo--- que
el estudio del universo debe reducirse a la
matemática a través de una cierta
mecánica. Sin embargo, sus presupuestos
metafísicos eran muy rígidos ---no
aceptaba la posibilidad de la ``acción
a distancia", ni tampoco la existencia
del vacío, etc.---, y le impidieron darse
cuenta de la importancia del fenómeno
de la gravedad. En este sentido es paradigmático
el ejemplo de su demostración de la ley
de la refracción de la Dioptrique,
basada más en las ``cualidades",
en la línea clásica, de la luz
que en un modelo matemático como el que
ofrecería Pierre
de Fermat, basado en el principio de
la mínima acción: ``la luz
sigue el camino más breve". Sin
embargo, hemos de afirmar, en honor a la verdad,
que su mathesis fue bien acogida por
los pensadores de la generación siguiente
y halló su síntesis ---en el tercer
tercio del siglo XVII--- en la obra genial de
Isaac Newton y Gottfried
Wilhelm Leibniz.
En 1647, con ocasión de un viaje a París,
Descartes pudo conocer a Blaise Pascal con el
cual sostuvo una discusión acerca de
la existencia del vacío en la Naturaleza.
En 1649, cuando Descartes era considerado uno
de los sabios más notables de Europa,
la reina Cristina de Suecia le persuadió
para que se instalase en su corte de Estocolmo.
Las consultas de la reina a altas horas de la
noche y de la madrugada ---que quebraban las
costumbres de Descartes--- junto con el rigor
del frío en Suecia en invierno, llevaron
a Descartes a contraer, a los pocos meses de
estancia en Estocolmo, una neumonía que
pondría fin a su vida el 11 de febrero
de 1650, cuando aún no había cumplido
54 años...
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