Después de exponer
en su aritmética el sistema de numeración
posicional mediante cifras hindúes, explica
al-Jwarizmi cómo nombrar los grandes
números usando los conceptos de unidad,
decena, centena y millar, que él acababa
de definir. Se sirve como ejemplo del número
1 180 703 051 492 863, que se ha de leer de
la manera siguiente: Un mil de mil de mil de
mil y de mil, y un ciento de mil de mil de mil
y de mil, y ochenta de mil de mil de mil y de
mil, y setecientos de mil de mil y de mil, y
tres mil de mil y de mil, y cincuenta y uno
de mil y de mil, y cuatrocientos mil, y noventa
y dos mil, y ochocientos sesenta y tres.
Después describe los métodos del
cálculo. Los números aparecen
en los ejemplos con todas sus letras, en números
romanos, o mezclando las dos cosas. A continuación
comienza el capítulo de las fracciones,
anunciando que tratará más tarde
de las raíces cuadradas. Desgraciadamente,
el manuscrito de Cambridge se interrumpe antes
de llegar a esta operación. Pero Juan
de Sevilla, que sí les dedica un lugar
importante en su obra, nos informa que al-Jwarizmi
enseñaba la extracción de la raíz
según el método indú. En
el Liber Algorismi se describe también
el cálculo aproximado de la raíz
cuadrada de un número N mediante una
transformación que hoy escribiríamos
de este modo:
El método será tanto
más exacto cuanto mayor sea k. El autor
se sirve del siguiente ejemplo, que proporciona
tres cifras decimales exactas:
Más adelante indica Juan
de Sevilla esta otra regla:
Esta fórmula (que es la
mejor aproximación lineal de la función)
se
hizo muy popular durante la Edad Media, y si
a es grande frente a b, puede dar un valor aceptable,
como lo demuestran los siguientes ejemplos (que
proporciona dos y tres cifras decimales exactas
respectivamente):

El Álgebra:
El Álgebra de al-Jwarizmi
nos ha llegado en muy buenas condiciones. La
Universidad de Oxford posee una copia árabe
del siglo XIV y hay dos traducciones al latín
(de las que existen muchos ejemplares) hechas
en el siglo XII: una realizada en 1145 por el
inglés Robert de Chester y otra, algo
posterior, por el italiano Gerardo de Cremona.
El título del tratado es al-Mujtasar
fi hisab al-jabr wa-l-muqabala, y tiene tres
partes. Una propiamente algebraica, la única
que aparece en las traducciones latinas, otra
sobre algunos temas de geometría, y la
tercera sobre cuestiones testamentarias. La
palabra jabr quiere decir insertar, en el sentido
médico de colocar en su lugar un miembro
dislocado. En el contexto de las ecuaciones
algebraicas significa transposición de
términos: cuando se elimina un sumando
en un miembro de una ecuación, ésta
se ha de restaurar colocando dicho sumando en
el otro miembro con el signo cambiado. De al-jabr
procede la palabra álgebra, y hasta no
hace mucho se llamaba algebrista al curandero
que componía los huesos. La palabra muqabala,
literalmente “comparación”,
se refiere a la reducción de términos
semejantes. De este modo la ecuación:
2x 2 +100-2x=58 se transforma, por
medio de al-jabr, en la ecuación equivalente:
2x 2 +100-58=20x la cual, mediante
al-muqabala, se reduce a: 2x 2 +42=20x,
que luego se simplifica dividiendo por dos todos
los sumandos de ambos miembros.